Tres Personas Que Me Han Hecho Daño:

(Panamá)

Mi padre por ser tan rígido y estricto. Reseco y sin mostrar afecto discutía mucho por el dinero y los gastos. No toleraba el desorden.

Mi madre por ser tan sobreprotectora, y siempre lloraba por las cosas, pero era más afectuosa que papá. Desde muy niña me contaba sus problemas en vez de ser al revés y nunca me sentí protegida por los dos.

Mi suegra también por celosa, envidiosa, mentirosa, grosera, metiche, me mira feo... todavía no logro tolerarla.

Mi trastorno de ansiedad llegó a tal punto de sucederme lo siguiente:

A cada rato me faltaba el aire, pensaba siempre que me estaba muriendo, que me daría un ataque cardíaco, me daba miedo en el bus y al cruzar puentes elevados, en carro, al cruzar la calle. Amanecía cansada sin ganas de hacer nada, todo lo veía sombrío y con sensación de muerte. Tenía obsesión por la limpieza, todo tenía que estar perfectamente limpio. Pensaba siempre sobre algo malo que le pudiera pasar a mi esposo y a mi hijo. En algún momento pensé que me volvería loca, que me perdería con el pensamiento. Muchas despersonalizaciones... A veces no sabía si estaba aquí o en un sueño.

Algunas conductas obsesivas como revisar como tres veces si la puerta estaba cerrada, el candado de la verja del frente, la plancha, la refrigeradora, porque a veces dejaba la puerta abierta. Era un ritual de verificar todo todos los días y si me olvidaba la pasaba muy mal, y a veces, me devolvía para estar segura de que todo estaba bien.

Después de 6 meses de tratamiento psiquiátrico con la doctora Flores, con terapia cognitiva y medicamentos, he logrado la siguiente recuperación:

Ya casi no me falta el aire y ya no pienso tanto en la muerte, solo lo normal. No pienso en ataques cardíacos, no tengo miedo en el bus (es más disfruto el paseo), no me dan nada de miedo los puentes elevados (es más me dan risa ahora que los cruzo). No hay miedo a los carros, ya tengo ganas de tomar un curso de manejo y me siento entusiasmada por eso. Hago limpieza de forma normal. Amanezco con más energía y con ganas de hacer las cosas, todo lo veo lindo y soleado y las noches estrelladas ahora son hermosas y estoy con muchos deseos de vivir. No pienso tanto en qué le vaya a pasar a mi esposo y a mi hijo, solo de forma regular. No siento que me volveré loca, al contrario, me siento más cuerda y con la razón justa. Pienso mejor las cosas. Me siento más aquí en la realidad y muy pocas veces me pierdo. Cierro las puertas de mi casa de forma normal y todo lo demás. En resumen estoy recuperándome muy bien.