La terapia cognitiva ante el impacto de la pandemia

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¡Ya no aguanto esta angustia! ¡Quiero dormir y no puedo! ¿Por qué amanecí triste hoy? ¿Por qué tengo tantos sueños feos? ¡Ya no aguanto esta cuarentena! ¿Cuándo recuperaré mi vida de antes? ¿Cómo supero el ser sobreviviente de COVID-19?  Todas estas son interrogantes y expresiones que me expresan algunas personas durante este tiempo de pandemia.

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"No hay salud sin salud mental".  La importancia de la salud mental en todos los seres humanos y el impacto que tiene en estos momentos es de vital importancia, desde el que puede demostrar una indiferencia hasta el que puede experimentar mucha sensibilidad ante el tema.  Cada persona está viviendo esta pandemia de forma distinta y las pérdidas son vividas de diferentes maneras.  A este punto sería bueno entender que ayudas a tu sistema inmunológico cuando cuidas de tu salud mental.

En estos días me decía una persona que "lo que pasa es que hay personas fuertes de pensamiento y otras son débiles".  En ese momento yo pensé "y quién desea sentirse frágil y débil."  Lo cierto es que hay personas más sensibles, con menos mecanismos que otras, para afrontar situaciones difíciles.  Estas personas pueden presentar desregulación emocional y enfermedades mentales crónicas.  Todos los seres humanos somos diferentes y cada uno puede fortalecer sus habilidades emocionales si así lo desea.

Es bastante común encontrarse, a lo largo de la práctica profesional en salud mental, con personas exitosas, emprendedoras e inteligentes que caen en depresiones graves e incluso llegan a lo que llamamos ideación e intentos de suicidio.  A las personas que no padecen de una enfermedad mental, que no han pasado por alguna o que no han visto a un familiar padecer alguna, puede resultarles difícil entender y empatizar con el dolor emocional ajeno.

Son tiempos de promover la solidaridad y de empatizar con el dolor del otro, de ayudar en lo que se pueda y de construir juntos una esperanza para el futuro.  Que esta incertidumbre sea parte de tu crecimiento y que cada día solo te enfoques en el aquí y en el ahora,  ya que es todo lo que está dentro de tu control.

Estamos atravesando una situación difícil en todos los aspectos psicosociales.  Es también una situación de riesgo real, la cual es importante reconocer como tal, sin distorsionarla ni exagerar, ya que al magnificarla solo se afecta tu psiquis y, por ende, todo tu cuerpo.

A medida que pasan los días, para algunos el espacio de descanso del hogar se mezcló y pasó a ser de trabajo también.  Puede ser que los fines de semana, que eran para relajarse, ya no puedan ser como eran antes.  Hemos perdido mucho...  Las personas que perdieron sus empleos pueden no tener suficiente para cubrir sus necesidades básicas y algunos tratan de adaptarse, creando nuevos negocios para sobrevivir.  También tenemos al grupo de los que diariamente salen a trabajar porque no tienen opción; por lo tanto, tienen que luchar diariamente con el miedo a exponerse, enfrentarse con el estigma de algunas personas y, vencidos por el agotamiento, muchos presentan síntomas del síndrome del quemado (burnout syndrome), lo cual es un padecimiento que se debe tratar. 

Síndrome del quemado (burnout syndrome)

La salud mental siempre ha sido importante; sin embargo, en este momento se hace vital tornarse consciente de lo que implica no prestarle atención a la higiene mental.  

Nadie olvidará estos difíciles momentos vividos y la supervivencia emocional dependerá de la capacidad de resiliencia de cada persona. Es un momento para auto descubrirte, encontrar nuevos propósitos, crear y reinventarte.  Tu plan, tu sueño, meta o aquello que tenías en mente no está anulado, sino suspendido de manera temporal.

En estos momentos se ha priorizado el valor y la conexión con amistades y familiares, lo cual de alguna forma ayuda a expresar emociones y revivir buenos momentos.

Por otra parte, hay quienes se encuentran sin poder abrazar o visitar a sus padres para protegerlos, con miedo a que alguno pueda enfermarse y perderlos.  Como no pudieron despedirse, los duelos no resueltos comienzan a aparecer, lo cual hace que el duelo sea más traumático.

Con este evento, que ha sido muy traumático para muchos, ocurre que se abren heridas emocionales previas y se reviven experiencias pasadas en forma de pesadillas e insomnio.  Es posible que personas que nunca necesitaron hacer terapia o medicarse ahora sí lo vayan a requerir.  No hay que cerrarse a esta opción, puesto que resulta muy útil en estos tiempos.  Es momento de no reprimir emociones, de aceptarlas y de expresarlas como lleguen, de hablar con quien te sientas cómodo y no juzgado y, sobretodo, de buscar ayuda especializada si la necesitas.

Pesadilla de invasión alienígena

Nuestras emociones se encuentran gobernadas desde la amígdala, una estructura que se encuentra en el cerebro.  Consecuentemente, el cuerpo humano segrega sustancias químicas que pueden fortalecerlo (homeostasis) o, inclusive, enfermarlo cuando no hay un equilibrio químico (inflamación).  Así, por ejemplo, la sustancia llamada dopamina controla el optimismo y se libera cuando sonríes y cuando te activas; por lo tanto, puede ser buena idea buscar esa dopamina que necesita tu cerebro cuando sientas poco optimismo.

Interesantemente, los científicos han observado que la insuficiencia respiratoria que genera la enfermedad a la que hemos llamado COVID-19 se encuentra precedida, precisamente, por una falta de equilibrio; ya que, ante el nuevo coronavirus, el cuerpo segrega en exceso unas moléculas que provienen del sistema inmune llamadas citoquinas, las cuales generan una inflamación excesiva.  A eso lo han llamado una tormenta de citoquinas.

La amígdala y el sistema límbico

Cuando ya sientas que no puedes más, habla con alguien, aprovecha para mejorar tu técnica de respiración y aprende nuevas técnicas de meditación y relajación.

Escucho constantemente recomendaciones sobre rutinas, pero existen muchas personas que nunca han seguido una rutina; a otras personas, por otro lado, les cuesta muchísimo.  Mi recomendación es que cada persona vaya encontrando en el camino lo que mejor le funcione y, si no puede lograrlo solo, que busque ayuda.

Es momento de conexión cuando tu mente lo decida, de fortalecer el autoconocimiento cuando así lo quieras, de empatizar con otro si llega el momento y solidarizarse de la forma en que puedas.

Identifica cada día cuando eres rígido con tu mente, porque así mismo tu cuerpo lo percibe.  Muchas personas creen que al ser más inflexibles con lo que se dicen lograrán ser más responsables y obtendrán mejores resultados; sin embargo, una cosa no tiene que ver con la otra, ya que puedes ser responsable siendo flexible con tu pensamiento.  En este aspecto, la terapia cognitivo-conductual ayuda mucho.

¿Puedes mantener una mente flexible ante un plan bien establecido?

No es lo mismo decirle a tu mente "no puedo, esto no me sale bien" que decirte "¿qué puedo hacer para mejorar?".  De la misma manera, no es lo mismo un "mejor me rindo" que "hoy voy a probar algo diferente".

En este periodo de aislamiento social he conocido sobre personas que se dicen "pero es que no debo sentirme así"; sin embargo, aunque nadie decide cómo se va a sentir, las emociones solo llegan y lo mejor es aceptarlas como tales y aprender sobre ellas.

No descuides tu salud mental, puesto que es parte de tu autocuidado personal y es tan importante como tu salud física.

¿De qué manera la pandemia de COVID-19 interfirió en tus planes? ¿Has logrado aceptar la nueva situación?

¿Has sufrido de insomnio, pesadillas, eres un paciente recuperado de COVID-19? ¿Temes una recaída o volver a infectarte?

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